Las nuevas instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública en Av. Constituyentes, a decir de quienes la han visitado, son impresionantes en cuanto a la ingeniería de la edificación como la tecnología aplicada a la información. Se trata del área de "inteligencia" de la Nación, vinculada a otros centros de menos envergadura en varias partes del país y que facilitan el conocimiento de todos los acontecimientos de importancia para la Seguridad Nacional. Se trata de varios pisos subterráneos que albergan al personal y equipos necesarios para estar informados al momento de todo aquello que es preciso conocer para operar y proteger a los Mexicanos y el país donde viven de las amenazas a la seguridad ciudadana. Pude escuchar de un testigo directo, el asombro de los compañeros de su grupo invitados a conocer las instalaciones debido a lo sofisticado de los equipos usados, de las armas mostradas y los juguetes de guerra, como pelotas que después de ser lanzadas aterrizan y se acomodan automáticamente y ponen en funcionamiento una cámara de televisión capaz de captar los movimientos del enemigo.
Pero lo mas interesante, es el esquema estadístico que fue mostrado en forma de pirámide, con las diversas categorías que en su conjunto configuran las causas de la INSEGURIDAD. Lo mas notable es que el Narcotráfico representa solamente un 7% como causa de inseguridad. El resto son robos, asaltos, homicidios, secuestros, violaciones, etc. Hubiera sido muy interesante conocer los porcentajes atribuídos a cada categoría, pero mi interlocutor no lo guardó en la memoria.
Lo que de inmediato surge como un cuestionamiento obligado es lo siguiente:
¿Cómo es posible que un aparato de estado sea empleado con tanta fuerza, uso de recursos humanos y materiales y existan mas de 50.000 víctimas en una área que representa sólo el 7% de la inseguridad que todos los mexicanos padecemos?
¿Qué pasa entonces con el otro 93% de las causales de inseguridad colectiva?
A más de 4 años de la llamada "Guerra del Narco", los mexicanos NO nos sentimos mas seguros, al contrario, nos sentimos más inseguros y con más miedo a ser víctimas del caos y violencia que se ha extendido a todas las regiones del país. Sin embargo, escuchamos en los medios de comunicación colectiva las victorias que se están logrando con la captura y muerte de capos de los grupos traficantes de drogas que se hallan también en pugna entre sí. Lo que captan los sentidos está en oposición con lo que se nos dice desde lo alto de la montaña.
Al ser testigo de los resultados en la experiencia cotidiana de la inseguridad que nos amenaza, otra pregunta es obligada:
¿Ha sido realmente necesario sumir a la República en esta guerra, con todos los horrores que le acompañan?
La herida que se ha causado es honda y dejará huella en los Mexicanos por mucho tiempo. La pérdida de vidas de las familias, de las madres, los padres, los hermanos estará impactada por mas de dos generaciones.
¿Era necesario?
Tal vez si. Desde la óptica de las cúpulas. Desde una sóla y única visión personal. Desde uno que preside y requiere a toda costa allegarse la legitimidad del cargo. Después, desde los intereses de un vecino norteño que ha usado a los mexicanos y su suelo para sus prácticas de guerra, ensayando armamento y tácticas que sólo le importan a ellos. Tercero para distraer, mediante el miedo y el terror, las conciencias de los Mexicanos de la verdad sobre la inseguridad, es decir, las raíces causales de la violencia existente.
Una forma de vivir sustentada sobre el mercado, el consumo, un sistema financiero expoliador, que favorece a las empresas monopólicas, a los bancos, en contubernio con una clase política arruinada por la corrupción e impunidad, que facilita la acumulación de capital en manos de una docena de mexicanos a expensas de todos los demás, de la manera mas ostentosa y visible, donde las mayorías luchan para sobrevivir en niveles de pobreza extrema y de pobreza general, con todos los males que le acompañan, ES LA CAUSA REAL DE LA INSEGURIDAD.
Pero a ninguno de ESOS mencionados de manera genérica, les interesa una transformación que amenazaría sus posiciones de privilegio y poder. Hasta que la inseguridad les llegue a ellos. Y puede ocurrir.
Pero lo mas interesante, es el esquema estadístico que fue mostrado en forma de pirámide, con las diversas categorías que en su conjunto configuran las causas de la INSEGURIDAD. Lo mas notable es que el Narcotráfico representa solamente un 7% como causa de inseguridad. El resto son robos, asaltos, homicidios, secuestros, violaciones, etc. Hubiera sido muy interesante conocer los porcentajes atribuídos a cada categoría, pero mi interlocutor no lo guardó en la memoria.
Lo que de inmediato surge como un cuestionamiento obligado es lo siguiente:
¿Cómo es posible que un aparato de estado sea empleado con tanta fuerza, uso de recursos humanos y materiales y existan mas de 50.000 víctimas en una área que representa sólo el 7% de la inseguridad que todos los mexicanos padecemos?
¿Qué pasa entonces con el otro 93% de las causales de inseguridad colectiva?
A más de 4 años de la llamada "Guerra del Narco", los mexicanos NO nos sentimos mas seguros, al contrario, nos sentimos más inseguros y con más miedo a ser víctimas del caos y violencia que se ha extendido a todas las regiones del país. Sin embargo, escuchamos en los medios de comunicación colectiva las victorias que se están logrando con la captura y muerte de capos de los grupos traficantes de drogas que se hallan también en pugna entre sí. Lo que captan los sentidos está en oposición con lo que se nos dice desde lo alto de la montaña.
Al ser testigo de los resultados en la experiencia cotidiana de la inseguridad que nos amenaza, otra pregunta es obligada:
¿Ha sido realmente necesario sumir a la República en esta guerra, con todos los horrores que le acompañan?
La herida que se ha causado es honda y dejará huella en los Mexicanos por mucho tiempo. La pérdida de vidas de las familias, de las madres, los padres, los hermanos estará impactada por mas de dos generaciones.
¿Era necesario?
Tal vez si. Desde la óptica de las cúpulas. Desde una sóla y única visión personal. Desde uno que preside y requiere a toda costa allegarse la legitimidad del cargo. Después, desde los intereses de un vecino norteño que ha usado a los mexicanos y su suelo para sus prácticas de guerra, ensayando armamento y tácticas que sólo le importan a ellos. Tercero para distraer, mediante el miedo y el terror, las conciencias de los Mexicanos de la verdad sobre la inseguridad, es decir, las raíces causales de la violencia existente.
Una forma de vivir sustentada sobre el mercado, el consumo, un sistema financiero expoliador, que favorece a las empresas monopólicas, a los bancos, en contubernio con una clase política arruinada por la corrupción e impunidad, que facilita la acumulación de capital en manos de una docena de mexicanos a expensas de todos los demás, de la manera mas ostentosa y visible, donde las mayorías luchan para sobrevivir en niveles de pobreza extrema y de pobreza general, con todos los males que le acompañan, ES LA CAUSA REAL DE LA INSEGURIDAD.
Pero a ninguno de ESOS mencionados de manera genérica, les interesa una transformación que amenazaría sus posiciones de privilegio y poder. Hasta que la inseguridad les llegue a ellos. Y puede ocurrir.
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